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miércoles, 26 de mayo de 2010

SIEMPRE ESTARÁS CON NOSOTROS MAESTRO



Hace siete años despedíamos dolorosamente la existencia material del Diputado Alfredo Bravo. Realmente en lo personal me siento gratificado y agraciado en haber no solo compartido estas hermosas ideas, las Socialistas, sino la de haber platicado, cambiado ideas, compartido asados y porque no algún que otro vinito con este compañero, maestro y amigo.
Alfredo tenía la misión de unir, unió a los maestros de la República Argentina, unió al socialismo después de 44 años de estériles divisiones. Me acuerdo como si fuera ahora cuando después de una reunión en la casa de mis “viejos” me dijo: “Hacemos, la unificación, después nos arreglaremos, aunque sea tirándonos de los pelos”. Nos enseñó que la unidad no se declama, se practica, se concreta en una visión común.
Socialista hasta la médula, su vida fue sinónimo de lucha. Vivió y murió peleando por los derechos humanos, por la justicia, por la libertad, por la igualdad. Fue su socialismo, un socialismo de acción, impregnado de las cosas simples de la vida. Demostró con una actitud coherente, militante, honesta, alejada de pragmatismo, con su generosidad permanente y su solidaridad hacia los más débiles, la profundidad de su conciencia de clase, de humanismo socialista.
Nos dijo muchas veces que la mayor distinción y premio que había recibido en su vida era la candidatura a Presidente de la República por el Partido Socialista. La jugó como era su costumbre, a fondo, junto con Rubén Giustiniani en aquel Dodge amarillo en donde se pasearon por la República. Y se llevó la satisfacción de comprobar que muchísima gente, se acercaba a decirle: siga adelante con su lucha, profesor, con su honestidad. Comprobó que ese prestigio trascendía el resultado mismo de una elección.
Era el reconocimiento a una vida de lucha, caracterizada por la búsqueda permanente de la síntesis entre pensamiento y acción. Una vida austera, con profunda coherencia, y sentido ético, al servicio de una Argentina con más igualdad, libertad y justicia social.
Por eso como decíamos unos años atrás la figura de Alfredo es la de una de esas que remontan el vuelo, no para alejarse de las masas sino para arrastrarla hacia la cumbre en que se ciernen. Hasta la vista Maestro ya nos encontraremos en alguna manifestación, Congreso o acción por la lucha de lo que estamos seguros que necesitamos, una sociedad SOCIALISTA.

Félix Alberto Ferrioli

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