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jueves, 21 de julio de 2011

HERMES BINNER 10 PROPUESTAS


Es la participación en todas sus formas y modos lo que garantizará a los argentinos un destino común. El Frente Amplio Progresista entiende que sólo un movimiento nacional basado en la participación efectiva de los argentinos, en la creación de ámbitos de debate y de consenso, en la promoción de nuevas prácticas políticas, puede dar lugar a un cambio sustancial en la relación entre gobierno y sociedad, a un mejor ejercicio de la representación política y, en definitiva, a un verdadero protagonismo de los ciudadanos.
Para esto el Frente Amplio Progresista viene a asumir el compromiso de promover una nueva cultura política y social. Rechazamos la definición conservadora de la política como simple gestión de intereses preexistentes. Proponemos, en cambio, reformular esos intereses y reorientarlos en función de un progreso decidido de la igualdad social y económica y de un incremento de la participación popular.
El Frente Amplio Progresista no es una asociación circunstancial para responder a una coyuntura electoral. El Frente Amplio Progresista tiene la vocación de constituirse en una herramienta efectiva de buen gobierno para la Argentina y con real competencia para implementarla.
Es necesario reconstruir el vínculo entre política y sociedad desde perspectivas nuevas y plurales. En un mundo que cambia sin cesar, las pesadas estructuras de los grandes partidos les impiden adaptarse y responder como es debido a las demandas sociales. El Frente Amplio Progresista ofrece una alternativa solidaria, participativa y transparente para promover cambio cultural que se sustente de verdad, y no por simple retórica, en las múltiples capacidades creativas y realizadoras del pueblo argentino.
Nuestro Frente es Amplio porque aspira a integrar fuerzas políticas y sociales sin otro límite que su voluntad explícita de aceptar nuestras bases programáticas, y siempre que su trayectoria no esté reñida con esa voluntad. La nuestra no es una amplitud ocasional: está basada en un programa.
Nuestro Frente es Progresista porque propone construir un proyecto colectivo de Nación recreando el compromiso entre ética y política. El objetivo es la calidad institucional y el pleno ejercicio de los derechos humanos en un contexto de verdad, memoria y justicia; el camino, la inclusión social con acceso universal a la educación y a la salud, la redistribución económica, la defensa de los derechos de los trabajadores, y la plena vigencia de la libertad y de la democracia sindical.
El progresismo sigue proponiendo hoy, tal como lo planteó el Diálogo Argentino, la reforma política necesaria para mejorar nuestra democracia. El progresismo recupera asimismo las bases esenciales planteadas por la Universidad Pública Argentina, para insistir en la necesidad de una reforma económica tan profunda como lo exija la construcción de una sociedad justa.
Para el progresismo es urgente intervenir, sensibilizar y movilizar en torno al vínculo estrecho que existe entre ambiente sano y calidad de vida. Luchar contra la pobreza también es crear contextos más saludables y paisajes urbanos y rurales donde la vida se fortalezca y sea posible convivir. Ello supone una defensa firme y responsable de nuestros recursos naturales, la recuperación de la capacidad de decisión sobre los mismos, así como un llamado a construir un Plan Ambiental Participativo que pueda traducirse en una política pública de largo aliento.
El escenario internacional, con una gran cantidad de acontecimientos novedosos en la economía, en las finanzas, en las comunicaciones, en los conflictos y en el reordenamiento de los actores centrales, sigue mostrando un mundo incierto, con una pobreza creciente y cada vez más inseguro. No obstante, la crisis que afecta a los centros del capitalismo mundial es una excelente oportunidad para redefinir los vínculos entre América Latina y el mundo y para hacer, desde nuestra región, que el orden internacional progrese en el sentido de la paz y de la solidaridad. Para el Frente Amplio Progresista es urgente adoptar una perspectiva estratégica de inserción internacional basada en una efectiva cooperación mutua con Brasil en el contexto del Mercosur, en la profundización de la regionalización y en una amplia multilateralidad económica, política e institucional.
A casi tres décadas de recuperada la institucionalidad democrática en la Argentina, sus valores no están en discusión. Sin embargo, nuestra democracia política presenta todavía grandes limitaciones.
En la Argentina de los últimos años se han acentuado los rasgos autocráticos que caracterizan al sistema político argentino. Ello es evidente en dos esferas de relaciones: las del poder ejecutivo con el legislativo y el judicial, y las del gobierno nacional con los Estados subnacionales. La ausencia de diálogo entre poderes y el deterioro del federalismo frente al poder central, son dos caras de la misma moneda. Corrupción, falta de transparencia y clientelismo estructural completan este panorama.
Otra importante limitación de nuestra democracia política ha sido su incapacidad para transformar el crecimiento económico sostenido de los últimos años en una mejor distribución de la riqueza capaz de revertir la profunda desigualdad que condena a una gran parte de nuestra sociedad a la pobreza y aun a la indigencia. Situación ésta que se demuestra de manera objetiva al constatar que ocho de cada diez mayores cobran apenas el haber mínimo jubilatorio, que la mitad de los niños que nacen en la Argentina son pobres y que la mitad de los pobres son niños. Es cierto que una comparación con lo ocurrido en nuestro país en los años 2001–2002 muestra mejoras sensibles en muchos aspectos. Pero no menos cierto es que esta Argentina está muy lejos de aquélla que queremos y que necesitamos. Seis de cada diez hogares carecen de recursos para llegar a fin de mes; siete de cada diez empresas que integran la cúpula empresarial de la Argentina son extranjeras; y ocho de cada diez jóvenes viven, en la Argentina de hoy, en la precariedad.
Estas deudas fundamentales no sólo explican las crisis recurrentes de representación política que sufre nuestra democracia sino que también reafirman, por ello, la necesidad de construir una alternativa para todos aquellos sectores sociales cuyas exigencias y anhelos no son interpretados por las opciones políticas existentes.
El horizonte político del Frente Amplio Progresista está dado por la articulación de dos valores inseparables: libertad e igualdad. Cada uno de ellos se desnaturaliza si no contiene al otro. La libertad sin igualdad es la crudeza del mercado; la igualdad sin libertad es despotismo. Al ser el fundamento de la emancipación de las personas, la libertad y la igualdad son necesarias para construir relaciones verdaderamente humanas en el plano afectivo, cultural, religioso, político y económico. Y ello es irrealizable sin una perspectiva de género que desde el reconocimiento de las diversidades, asegure la equidad en el trato y en las oportunidades.
Especial atención se debe prestar a los jóvenes, protagonistas cada vez más relevantes de los discursos políticos pero no de las políticas públicas. Es sobre los jóvenes que recaen con mayor fuerza las consecuencias desastrosas de la exclusión. Por eso valoramos y alentamos la politización y la participación social y política de los jóvenes. Sin embargo, ponemos de manifiesto la falta, y por lo tanto la necesidad imperiosa, de políticas públicas universales con y para la juventud.
La historia de los últimos siglos es una historia de avances paulatinos en la consecución de derechos y libertades. Es hora de que esas libertades se enriquezcan con un progreso de la igualdad social que permita convertir la espera en esperanza y la esperanza en disfrute de un bienestar colectivo real.
Nuestra Nación nos presenta un hermoso desafío. Así lo asumimos y así trabajamos y trabajaremos: para que lleguemos a ser una sociedad integrada, estable, justa y segura, capaz de garantizar la inclusión y el desarrollo de éstas y de las próximas generaciones. Lo hacemos aunando lo mejor de la historia política argentina y apelando a la invención del futuro: como acto de identidad, como consecución de los sueños colectivos, como logro de la felicidad que deseamos y que nuestros hijos merecen.
Convocamos al diálogo a todas las argentinas y a todos los argentinos para conformar un amplio movimiento nacional con base ética y programática, un movimiento que respetando nuestros valores humanos, morales, espirituales y materiales, nos contenga a todos sin excluir a nadie. Convocamos especialmente a los jóvenes a ser hoy mismo protagonistas en la construcción de esta propuesta de cambio.
Convocamos a construir, con el esfuerzo común, una ilusión con el corazón en el presente y la mirada puesta en el futuro.

Buenos Aires, República Argentina, 28 de junio de 2011


Programa

Alimentación

Es imprescindible terminar con la contradicción más fuerte que pesa sobre nuestra sociedad: la abundancia de recursos naturales no puede seguir conviviendo con el hambre y la desnutrición.
Esta contradicción nos obliga a implementar en el corto plazo soluciones institucionalizadas de política alimentaria, mientras coordinamos junto al sector privado las formas para lograr la generación de más y mejor trabajo.

Salud

Debemos abordar la salud de manera integral, desde la etapa de la prevención hasta la del tratamiento de las patologías más complejas. Debemos abordar la salud de manera integral, desde la etapa de la prevención hasta la del tratamiento de las patologías más complejas.
Para lograrlo, necesitamos construir un sistema público, gratuito y de calidad, conformado por tres niveles de atención articulados: atención primaria, mediana y alta complejidad.

Educación

La educación pública debe estar en el centro de nuestro proyecto de país, vinculada a la producción y al mundo de la investigación.
La educación no puede tener límites: el Estado tiene que garantizar que cada argentino perciba, a lo largo toda su vida, toda la educación que esté dispuesto a recibir.

Vivienda

Queremos recuperar el sueño de la casa propia a través de la democratizaión del derecho a la vivienda. Nuestros padres y abuelos nos educaron en el sueño de la casa propia, pero la ausencia de políticas habitacionales integrales y las dificultades para acceder a créditos hipotecarios fueron convirtiendo el sueño en una utopía.
Recuperar ese sueño requiere democratizar el derecho a la vivienda, a través de requisitos más flexibles, tasas más bajas y créditos directos.

Trabajo Decente

El trabajo decente es motor del desarrollo social y fuente de bienestar y realización individual. Tenemos que generar y promover el trabajo decente, y lo que genera trabajo es la industria.
Por eso, necesitamos refundar una Argentina industrial estrechamente vinculada a la transformación de la producción primaria y a los servicios, que permita agregar valor a la natural riqueza que produce nuestra tierra.

Jubilación Digna

El Estado debe saldar la deuda histórica que mantiene con los jubilados, garantizando efectivamente un nivel de ingresos digno, sostenido económicamente en la efectiva movilidad de los haberes, y moralmente en el principio de solidaridad entre generaciones.

Seguridad

Combatir a la inseguridad a través de políticas que trabajen sobre sus causas y sus concescuencias. La problemática extendida de la inseguridad ciudadana requiere poner en marcha políticas que trabajen simultáneamente sobre sus causas y sobre sus consecuencias.
Debemos enfrentar el delito a través de la perspectiva de la seguridad comunitaria y del fortalecimiento de una institución policial democrática, transparente y altamente profesionalizada; mientras atacamos las causas sociales de la inseguridad con educación y trabajo decente.

Justicia

Tenemos que abordar conjuntamente las problemáticas que atacan directamente el funcionamiento del poder judicial. Tenemos que abordar conjuntamente las dos problemáticas que atacan directamente el funcionamiento del poder judicial: la judicialización generalizada del conflicto y el déficit de recursos humanos.
Porque necesitamos una justicia eficiente y ampliamente legitimada por la ciudadanía a través de nuevas y grandes dosis de confianza.

Ambiente

La cuestión ambiental debe convertirse en una preocupación prioritaria.
El Estado es el principal responsable de resguardar la vida y la salud de cada argentino, garantizando que la generación de energía y el desarrollo productivo no se contrapongan con la preservación de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad.
Debemos desarrollar e implementar planes integrales de largo plazo, que aseguren un medio ambiente sustentable para nosotros y para las próximas generaciones.
Potenciar la vinculación internacional de nuestro país es clave para afrontar las complejidades de un mundo cada vez más interconectado.
Creemos en una Argentina comprometida con la cooperación y el intercambio; que se nutre de otras experiencias sin renunciar a su propia identidad, y que genera, a partir de ellas, nuevas posibilidades de desarrollo.

Los Valores

Solidaridad
Ser solidarios no es dar lo que nos sobra, es construir juntos lo que nos falta.
La solidaridad es esa fuerza que nos mantiene unidos como sociedad, justo cuando parece que los problemas son demasiado grandes y nuestros recursos más escasos que nunca.
La historia argentina nos enfrentó una y otra vez al poder de nuestra solidaridad. Hemos podido resistir crisis recurrentes, pero el asedio del individualismo neoliberal nos marcó con la herida más profunda. Mientras la solidaridad se erosionaba, la pobreza y la exclusión crecían.
Argentina tiene un desafío impostergable: volver a fortalecer los lazos que nos unen unos con otros, y tejer -desde la fábrica, desde la universidad, desde el barrio, y por supuesto desde el Estado- una red lo suficientemente fuerte como para contener a todos y todas. No creemos en ninguna mano invisible; creemos en la red visible de la solidaridad que construye.

Participación
Tenemos que participar para transformar, sin participación no hay cambio.
No existe un sólo ejemplo de cambio social en la historia de la Humanidad en el cual la participación no haya sido protagonista. Las transformaciones nacen de sociedades en acción.
Por eso es imprescindible impulsar, tanto en el ámbito público como en el privado, la generación de espacios de diálogo y concertación que potencien nuestros esfuerzos y multipliquen, en cada rincón de nuestro país, la propuesta y la innovación.
Soñamos con una Argentina consciente de su capacidad de construcción colectiva; una Argentina en la cual los derechos sean realidades y la realidad, la arcilla que moldean sin descanso millones de voces y manos firmes.

Transparencia
Necesitamos reconciliar ética y política para producir un verdadero cambio moral.
El Estado y la política están en la actualidad bajo sospecha. La confianza en las instituciones debilitada. En momentos en los cuales la legitimidad pública atraviesa una seria crisis, y las instituciones en general parecen no concitar las lealtades de otras épocas, estamos convencidos de que la transparencia en la acción pública es el único camino que nos permitirá volver a hacer de la confianza el fundamento de vida social.

lunes, 11 de julio de 2011